Ruta de 4 días por el País Vasco

En Agosto de 2022 después de pasar unos días en la playa decidimos hacer una escapada de 4 días para visitar algunos sitios del País Vasco. Preparamos la comida y la ropa y pusimos rumbo al norte.

La primera noche en ruta la pasamos en el parking de Olite, donde ya habíamos dormido el verano anterior, fué una parada rápida para cenar y dormir ya que el pueblo ya lo visitamos en la otra ocasión.

Al día siguiente nos levantamos temprano y emprendimos el camino hacia nuestro primer destino, el Flysch de Zumaia. Tras dos horas de camino llegamos al parking habilitado para visitar el Flysch. Antes de empezar la ruta a pié hasta la costa donde se encuentra, desayunamos en la furgoneta. Con la barriga llena comenzamos el camino a través de bosques y campos, un paseo muy agradable hasta llegar a un mirador desde donde se observan unos acantilados inmensos y el Flysch con perspectiva. Una vez vista la magnitud y la extensión de estos pliegues rocosos con millones de años de antigüedad, decidimos bajar para verlos de cerca. Es entonces cuando vemos la vida que hay en las balsas que quedan entre los pliegues, las mareas cambiantes hacen que un montón de animales queden atrapados a la espera de que el mar vuelva. Nos quedamos embobados observando los cangrejos, peces, moluscos… un buen rato. Es un lugar donde puedes apreciar la inmensidad y la fuerza de la naturaleza que ha ido modelando el paisaje a través del tiempo. Hay quien dice que el Flysch es como un libro y que en sus capas se pueden leer millones de años de la historia de la Tierra.

Deshacemos el camino recorrido para desplazarnos hasta la siguiente parada de la ruta, la ermita de San Telmo y el pueblo de Zumaia. Nos encontramos con un pueblo muy animado, con mucha vida, mucha gente en las calles tomando algo y puestecitos con quesos, almendras y otras cosas. Paseamos por sus calles hasta llegar a la ermita de San Telmo, ubicada en el borde de un acantilado y famosa tras salir en la película Ocho apellidos vascos.

Volvimos a la Cali para comer y después nos dirigimos a la ermita de Santa Catalina en Mundaka. Santa Catalina está ubicada en una especie de península en un entorno muy bello justo en la entrada y salida de la ría de Mundaka. Después de esta visita nos dirigimos al lugar de pernocta, una ubicación cerca de la carretera, una especie de mirador situado muy cerca de San Juan de Gaztelugatxe que es el plan para la mañana siguiente.

Amanecimos temprano y nos dirigimos al parking de San Juan de Gaztelugatxe, decidimos empezar la ruta antes de que hiciera demasiado calor y se llenara de gente ya que desde que fue escenario de Juego de Tronos es un sitio muy popular. La verdad es que la visita merece mucho la pena, se trata de una isla conectada a tierra firme por un puente de piedra estrecho y con muchos escalones(241) y al final en lo alto se encuentra la ermita con el mismo nombre. Pasamos un buen rato recorriendo el camino y observando las vistas.

La siguiente parada en la ruta, después de desayunar es el pueblo de Bermeo, un pueblo pesquero con mucho encanto, su gran atractivo consiste en un puerto rodeado de edificios de colores y es alrededor de él donde se sitúa el casco antiguo. Dimos un paseo muy agradable por sus plazas, calles y pasamos un buen rato por el puerto.

Dejamos el pueblo costero de Bermeo para acercarnos a ver un castillo muy singular, el castillo de Butrón. Un castillo de la Edad Media muy bien conservado. Aparcamos en el parking y dimos un paseo alrededor del castillo.

Seguimos nuestra ruta hacia Bilbao, en este caso nos concedimos un capricho y nos alojamos en un hotel. Pasamos menos de 24h en Bilbao, vimos sus calles, monumentos, casco histórico, bares y demás.

Al día siguiente seguimos con la recta final de nuestro viaje, nos dirigimos a Zarautz, pueblo famoso por el surf, por su extensa playa y por el famoso restaurante de Karlos Arguiñano. Paseamos por su paseo marítimo lleno de tiendas de surf, nos acercamos al restaurante de Arguiñano y observamos como el mar estaba lleno de tablas y gente surfeando las olas, se respiraba un ambiente relajado.

Por último nos dirigimos a San Sebastián tras buscar estacionamiento dimos una largo paseo por la playa de La Concha, visitamos el centro y nos acercamos a ver El Peine del Viento de Eduardo Chillida. Cuando acabamos la visita volvimos a la furgoneta para comer y después empezamos el largo camino de vuelta a casa.