En Semana Santa de 2023 decidimos acercarnos a un lugar muy conocido gracias al libro El Quijote de Miguel de Cervantes. Preparamos la nevera, algo de ropa y nos pusimos rumbo a La Mancha. Condujimos hasta el primer punto en nuestra ruta, Los Molinos de Consuegra. Son un grupo de molinos majestuosos en lo alto de un cerro, acompañados de un castillo medieval. Pasamos la mañana contemplando los molinos y las vistas, pudimos entrar en uno llamado Rucio y observar la maquinaria aún intacta. La verdad es que, estos molinos, destacan mucho ya que están ubicados en un enclave único entre las llanuras de la Mancha en lo alto de un cerro. Decidimos comer algo antes de seguir con la ruta.
La siguiente parada fué en los Molinos de Alcázar de San Juan, dejamos la furgoneta en un parking que había a los pies del cerro y subimos a pié una pequeña cuesta. Quedan 4 de los 19 molinos que había en esta localidad, se conservan a la perfección, pasamos un rato paseando entre ellos y tomando fotos. Volvemos al coche para acercarnos al pueblo que da nombre a estos molinos, recorrimos las calles del casco antiguo, hasta llegar a la plaza de Santa María donde nos encontramos con una estatua de Miguel de Cervantes junto con la iglesia de Santa María la Mayor y el Palacio del Gran Prior. Por último nos dirigimos a la Plaza de España, una de las más animadas, en ella se encuentra el ayuntamiento y las estatuas de Don Quijote y Sancho Panza.
Seguimos con la ruta prevista y nos dirigimos al último punto del día, y en el que dormimos esa noche. Este era el lugar de la escapada que nos hacía más ilusión visitar, El Campo de Criptana. Llegamos a una explanada de tierra justo delante de los molinos, allí ya había otras autocaravanas y furgonetas. Paseamos entre los molinos y vimos como poco a poco se vaciaba de gente, anochecía y se iluminaban los molinos. Cenamos en la Cali y pasamos una noche muy tranquila disfrutando de este lugar tan singular. Al día siguiente vimos como se levantaba el sol entre los molinos, dimos un paseo en silencio y disfrutamos de tener a los gigantes solo para nosotros.
Después de desayunar nos dirigimos a El Toboso, famoso por ser el pueblo de Dulcinea, la amada de Don Quijote de la Mancha, por todos los rincones del pueblo hay alusiones a la famosa novela de Cervantes, la casa museo de Dulcinea, el museo Cervantino, balcones decorados con los personajes… recorrimos sus calles y nos dejamos envolver por la magia Cervantina. Después de un par de horas volvimos a la furgo, tocaba empezar el camino de vuelta a casa.